Nuestra  interpretación de  eso que nos pasa es lo que va a decidir si lo vemos como el final de todo o como el principio de algo nuevo y mejor. Hay  personas que han pasado por situaciones realmente tristes y dolorosas, estas personas a veces han sufrido abuso físico, emocional, sexual, etcétera y cuando las ves y platicas con ellas no puedes creer que hayan pasado por estas situaciones, pues muestran una alegría y  un gozo de vivir contagioso.

Por otro lado, también hay personas que han tenido todo el amor, cariño, cuidados, salud, comida en la mesa, etcétera y viven en un estado de ansiedad permanente. Viven llenos de miedos, de odios, de frustraciones y siempre encuentran lo malo en cualquier situación. Esto sucede porque las personas tenemos la opción de decidir en qué enfocar nuestra atención, tenemos el poder de decidir si nuestros pensamientos van a ser negativos y autodestructivos o pensamientos llenos de  positivismo y optimismo.

Tomando el control 
Juan invitó a salir a Rebeca, salieron a cenar a un restaurant italiano, todavía no había llegado la comida y  Rebeca empezó a sentirse mal del estómago. Le dolía tanto que le pidió a Juan que la llevara rápidamente a su casa.

Al siguiente día Rebeca esperó la llamada de Juan y ésta nunca llegó. Ella vio el evento del dolor de estómago como algo demasiado vergonzoso y el que Juan no le hubiese llamado lo interpretó como un rechazo a su persona. Obviamente se sintió como mercancía rechazada, angustiada, avergonzada y deprimida. Ahora cada vez que un joven la invita a salir ella piensa mucho para aceptar y las pocas veces que ha aceptado a salir con alguien se siente realmente ansiosa y no logra ser ella misma en la cita, siempre piensa que el joven no volverá a llamar y muchas veces esto es exactamente lo que sucede pues con su actitud y sus nervios no es auténtica y ahuyenta hasta al joven más interesado.

Una persona que tiene el control de sus pensamientos pensaría que el dolor de estómago fue sólo algo desafortunado. Al siguiente día cuando el joven no la busca se sentiría un poco desilusionada, pero inmediatamente pensaría y diría: “él se lo pierde” y continuaría con su vida  y con su autoestima intacta.

Esto es un claro ejemplo de cómo nuestros pensamientos influyen en nuestros sentimientos. Lo que pensamos de ciertas situaciones de nuestras vidas es lo que vamos a sentir.

El mejor camino:

  • Usted busca sentirse bien, exitoso, feliz, interesante, lleno de vida, lleno de amor, entonces debe enfocarse en lo bueno.
  • Debe cambiar sus pensamientos fatalistas por pensamientos que lo ayuden a crecer.
  • Debe decidir si una situación va a ser el final de todo o el principio de algo mejor.
  • Usted tiene el poder de decidir cómo se va a sentir.
  • Usted tiene el poder de decidir si cuando lo dejan ir en un trabajo va a ser su final, va a ser lo más triste o va a ser el principio de algo diferente y nuevo en su vida.
  • Usted tiene el poder de decidir si cuando sale alguien de su vida va a ser catastrófico, va a sentarse a llorar por su ausencia,  va a sentirse como mercancía rechazada o va a llorar un ratito y después se va a levantar y va a exclamar: “qué bueno que dejó espacio porque de seguro viene alguien mejor.”

No tenemos el poder de controlar nuestro mundo exterior, pero si podemos controlar nuestro mundo interior.